Como en los
últimos años, el domingo más próximo a Ntra. Sra. La Virgen de Lourdes, día
propio de esta jornada, celebraremos comunitariamente el Sacramento de la
Unción de Enfermos, para todas aquellas personas mayores de 80 años que lo
pidan. Será en la Misa delas 12'30.
El
Sacramento de la Unción de Enfermos confiere al cristiano una gracia especial
para enfrentar las dificultades propias de una enfermedad grave o de la
vejez.
Lo esencial
del sacramento consiste en ungir la frente y las manos del enfermo acompañado
de una oración litúrgica realizada por el sacerdote, ministro que puede
administrar este sacramento.
La Unción de
Enfermos se conocía antes como "Extrema Unción", pues sólo se
administraba a punto de morir. Actualmente el sacramento se puede administrar
más de una vez, siempre que sea en caso de enfermedad grave.
Este año, el
"Día del Enfermo" viene presidido por un slogan sobre la
intercesión de la Virgen por los enfermos, dice así: "María, icono
de la confianza y del acompañamiento" <<Haced lo que Él os
diga>> (Jn 2,5). Son palabras del evangelio, que han inspirado en mensaje
del Papa Francisco, que entre otras cosas nos dice:
"
En esta Jornada Mundial del Enfermo podemos pedir a Jesús misericordioso, a
través de la intercesión de María, Madre suya y nuestra, que conceda a todos
nosotros esta disponibilidad al servicio de los necesitados, y concretamente de
nuestros hermanos y de nuestras hermanas enfermas. A veces este servicio puede
resultar fatigoso, pesado, pero estamos seguros que el Señor no dejará de
transformar nuestro esfuerzo humano en algo divino. También nosotros podemos
ser manos, brazos, corazones que ayudan a Dios a realizar sus prodigios, con
frecuencia escondidos. También nosotros, sanos o enfermos, podemos ofrecer
nuestras fatigas y sufrimientos como el agua que llenó las tinajas en las bodas
de Caná y fue transformada en el vino más bueno. Con la ayuda discreta a quien
sufre, tal como en la enfermedad, se toma en los propios hombros la cruz de
cada día y se sigue al Maestro (cfr Lc 9,23); y aunque el encuentro
con el sufrimiento será siempre un misterio, Jesús nos ayudará a revelar su
sentido."
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