Pasada la Navidad, entramos en el tiempo
decisivo de la fase diocesana de preparación del Sondo de los Obispos, que
tendrá lugar en 2023, pero en el que podemos participar desde ya haciendo
nuestras aportaciones. Es lo que se conoce como fase diocesana, impulsada por
el papa Francisco para hacer oír la voz de todos, incluso la de los que no
creen o se sienten alejados de la Iglesia.
En nuestra diócesis, como en las demás diócesis del mundo, ya se inició esta fase diocesana invitándonos a responder a una serie de preguntas en las que podemos responder sobre cómo vemos la Iglesia, cómo podemos avanzar en sinodalidad y qué tendríamos que mejorar para ser más fieles a Jesús y al Evangelio.
PREGUNTAS PARA LA
REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO
Proponemos este cuestionario para favorecer la reflexión y el diálogo. A la hora de preparar nuestras propuestas y sugerencias, no es necesario responder a todas y cada una de las preguntas, sino solo a aquellas que nos parezcan más importantes o significativas.
A-UNA MIRADA AL CAMINO YA RECORRIDO Pensemos en la eficacia pastoral de nuestros Consejos diocesanos: presbiteral, de pastoral, de laicos y de familia y vida.
¿Qué alegrías hemos vivido juntos?
-
¿Qué
dificultades y obstáculos nos hemos encontrado?
-
¿Qué
intuiciones se han suscitado?
-
A
la luz de las reflexiones anteriores de esta Guía de trabajo, ¿qué nos falta o qué nos sobra
para que podamos vivir un verdadero camino sinodal?
- ¿Qué
pasos nos invita a dar el Espíritu para crecer en nuestro “caminar juntos”?
B.- UNA MIRADA HACIA DENTRO DE NUESTRA IGLESIA DIOCESANA.
- ¿Cómo es la
relación entre los fieles y sus pastores?
- ¿Cómo se ejerce la
autoridad en nuestra diócesis? ¿Sabemos trabajar en equipo y en
corresponsabilidad?
-En la toma de decisiones de los pastores, ¿sabemos articular bien la fase de la consulta, la fase deliberativa y el proceso que conduce a la decisión?
-¿Cómo es la relación de los diferentes grupos que for man la parroquia?
-¿Cómo es la relación entre las diferentes parroquias en los arciprestazgos y vicarías?
-¿Cómo es la relación con la vida monástica, religiosa y consagrada presente en nuestra diócesis?
-¿Cómo es la relación con las asociaciones y movimientos laicales?
-En nuestro camino común, hay personas o grupos que se estén quedando al margen?
-En nuestro camino común, ¿quiénes son los menos escuchados y a quiénes menos se les permite participar?
-¿Visibilizamos nuestro caminar juntos en las celebraciones litúrgicas?
-En nuestro caminar juntos, somos todos discípulos misioneros o dejamos la misión de la Iglesia (Evangelización y caridad) en manos de unos pocos?
-¿Está bien organizada la misión evangelizadora y caritativa en la diócesis de Guadix?
-¿Estamos fomentando la sinodalidad de la escucha, del diálogo y de la acción en nuestras catequesis y procesos formativos?
C.- UNA MIRADA HACIA NUESTRO ENTORNO SOCIAL •¿Cómo es nuestra relación con los creyentes de otras religiones y de otras confesiones cristianas?
• ¿Cómo es nuestra relación con las personas alejadas de la fe?
•¿Cómo es nuestra presencia en el
mundo de la política, la cultura, la economía, los medios de comunicación social
y la sociedad civil en general?
Oración para el
Sínodo: Adsumus Sancte Spiritus
Todas las sesiones del Concilio Vaticano II iniciaban con la oración Adsumus Sancte Spiritus (Estamos ante ti, Espíritu Santo), que se ha utilizado históricamente en los Concilios, Sínodos y otras reuniones de la Iglesia durante cientos de años, y se atribuye a San Isidoro de Sevilla. Pidamos al Espíritu Santo que actúe en nosotros, para que seamos una comunidad y un pueblo fiel a la gracia de Dios.
Estamos ante ti, Espíritu Santo, reunidos en tu nombre.
Enséñanos el camino, Impide que perdamos el rumbo como personas débiles y pecadoras.
Concédenos el don del discernimiento, para que no dejemos que nuestras acciones se guíen por perjuicios y falsas consideraciones.
Condúcenos a la unidad en ti, para que no nos desviemos del camino de la verdad y la justicia, sino que en nuestro peregrinaje terrenal nos esforcemos por alcanzar la vida eterna.
Esto te lo pedimos a ti, que obras en todo tiempo y lugar, en comunión con el Padre y el Hijo por los siglos de los siglos.
Amén.
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