Primera lectura
Lectura del libro del Éxodo
En aquellos días, Moisés madrugó y subió a la montaña del Sinaí,
como le había mandado el Señor, llevando en la mano las dos tablas de piedra. El
Señor bajó en la nube y se quedó con él allí, y Moisés pronunció el nombre del
Señor.
El Señor pasó ante él proclamando: «Señor, Señor, Dios compasivo y
misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad».
Moisés al momento se inclinó y se postró en tierra. Y le dijo: «Si
he obtenido tu favor, que mi Señor vaya con nosotros, aunque es un pueblo de
dura cerviz; perdona nuestras culpas y pecados y tómanos como heredad tuya».
Salmo
R/. A ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres, bendito tu nombre santo y glorioso. R/.
Bendito eres en el templo de tu santa gloria. Bendito eres sobre
el trono de tu reino. R/.
Bendito eres tú, que sentado sobre querubines sondeas los abismos.
R/.
Bendito eres en la bóveda del cielo. R/.
Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol San
Pablo a los Corintios
Hermanos, alegraos, trabajad por vuestra perfección, animaos;
tened un mismo sentir y vivid en paz. Y el Dios del amor y de la paz estará con
vosotros. Saludaos mutuamente con el beso santo. Os saludan todos los santos.
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del
Espíritu Santo estén siempre con todos vosotros.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan.
Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo
el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino
para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no
cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.
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