Primera lectura
Lectura del
libro de Jeremías
Dijo
Jeremías:
Oía la
acusación de la gente: «“Pavor-en-torno”, delatadlo, vamos a delatarlo».
Mis amigos acechaban mi traspié: «A ver si, engañado, lo sometemos y podemos
vengarnos de él». Pero el Señor es mi fuerte defensor: me persiguen, pero
tropiezan impotentes.
Acabarán
avergonzados de su fracaso, con sonrojo eterno que no se olvidará. Señor del
universo, que examinas al honrado y sondeas las entrañas y el corazón, ¡que yo
vea tu venganza sobre ellos, pues te he encomendado mi causa!
Cantad al
Señor, alabad al Señor, que libera la vida del pobre de las manos de gente
perversa.
Salmo
R/. Señor, que me escuche tu gran bondad.
Por ti he
aguantado afrentas, la vergüenza cubrió mi rostro. Soy un extraño para mis hermanos, un extranjero para los hijos de mi madre. Porque
me devora el celo de tu templo, y las afrentas con que te afrentan caen sobre
mí. R/.
Pero mi
oración se dirige a ti, Señor, el día de tu favor; que me escuche tu gran
bondad, que tu fidelidad me ayude. Respóndeme, Señor, con la bondad de tu
gracia; por tu gran compasión, vuélvete hacia mí. R/.
Miradlo,
los humildes, y alegraos; buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón. Que el
Señor escucha a sus pobres, no desprecia a sus cautivos. Alábenlo el cielo y la
tierra, las aguas y cuanto bulle en ellas. R/.
Segunda
lectura
Lectura de
la carta del apóstol san Pablo a los Romanos
Hermanos:
Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la
muerte, y así la muerte se propagó a todos los hombres, porque todos pecaron.
Pues, hasta que llegó la ley había pecado en el mundo, pero el
pecado no se imputaba porque no había ley. Pese a todo, la muerte reinó desde
Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con una transgresión
como la de Adán, que era figura del que tenía que venir. Sin embargo, no hay
proporción entre el delito y el don: si por el delito de uno solo murieron
todos, con mayor razón la gracia de Dios y el don otorgado en virtud de un
hombre, Jesucristo, se han desbordado sobre todos.
Evangelio
del día
Lectura del
santo Evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No tengáis miedo a
los hombres, porque nada hay encubierto, que no llegue a descubrirse; ni nada
hay escondido, que no llegue a saberse.
Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, y lo que os digo al oído, pregonadlo desde la azotea. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la “gehenna”. ¿No se venden un par de gorriones por un céntimo? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo: valéis más vosotros que muchos gorriones.
A quien se declare por mí ante los hombres, yo también me
declararé por él ante mi Padre que está en los cielos. Y si uno me niega ante
los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los cielos».
Comentario bíblico de Fray Miguel de
Burgos Núñez - (1944-2019)
No hay comentarios:
Publicar un comentario