Los 7 Dolores de la Virgen María
Guía: Ejercicio
de los 7 Dolores de la Virgen María
Todos: Por la señal de la santa cruz…
Guía: Acto de contrición.
Todos:
Señor mío, Jesucristo, me
arrepiento profundamente de todos mis pecados. Humildemente suplico Tu perdón y
por medio de Tu gracia, concédeme ser verdaderamente merecedor de Tu amor, por
los méritos de Tu Pasión y Tu muerte y por los dolores de Tu Madre Santísima.
Amén.
Lector: Del
Evangelio según san Lucas
CUANDO SE CUMPLIERON los días de su
purificación, según la ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor,
de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será
consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor:
«un par de tórtolas o dos pichones».
Había entonces en Jerusalén un
hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de
Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el
Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado
por el Espíritu, fue al templo. Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres
para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y
bendijo a Dios diciendo:
«Ahora,
Señor, según tu promesa,
puedes
dejar a tu siervo irse en paz.
Porque
mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien
has presentado ante todos los pueblos:
luz para alumbrar a las naciones
luz para alumbrar a las naciones
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se
decía del niño. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Este ha sido
puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de
contradicción —y a ti misma una espada te traspasará el alma—, para que se
pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones».
REFLEXIÓN
Guía: Qué grande fue el impacto en el
Corazón de María, cuando oyó las tristes palabras con las que Simeón le
profetizó la amarga Pasión y muerte de su dulce Jesús. Querida Madre, obtén
para mí un auténtico arrepentimiento por mis pecados.
Todos: Padrenuestro,
siete Ave Marías, Gloria
2º DOLOR - LA HUIDA A EGIPTO
Lector: Del Evangelio según san Mateo Mt 2, 13-15
CUANDO LOS MAGOS SE
RETIRARON, el ángel del Señor
se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su
madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a
buscar al niño para matarlo». José se levantó, tomó al niño y a su madre, de
noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes para que se
cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi
hijo».
REFLEXIÓN
Guía: Considera el agudo dolor que
María sintió cuando ella y José tuvieron que huir repentinamente de noche, a
fin de salvar a su querido Hijo de la matanza decretada por Herodes. Cuánta
angustia la de María, cuántas fueron sus privaciones durante tan largo viaje.
Cuántos sufrimientos experimentó Ella en la tierra del exilio. Madre Dolorosa,
alcánzame la gracia de perseverar en la confianza y el abandono a Dios, aún en
los momentos más difíciles de mi vida.
Todos: Padrenuestro,
siete Ave Marías, Gloria
3er DOLOR - EL NIÑO PERDIDO EN EL TEMPLO
Lector: Del Evangelio según san Lucas Lc 2, 41-50
LOS PADRES DE JESÚS solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua. Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Guía:
Qué angustioso fue el dolor de
María cuando se percató de que había perdido a su querido Hijo. Llena de
preocupación y fatiga, regresó con José a Jerusalén. Durante tres largos días
buscaron a Jesús, hasta que lo encontraron en el templo. Madre querida, cuando
el pecado me lleve a perder a Jesús, ayúdame a encontrarlo de nuevo a través
del Sacramento de la Reconciliación.
Todos: Padrenuestro,
siete Ave Marías, Gloria
4º DOLOR- MARÍA
SE ENCUENTRA CON
JESÚS CAMINO AL ALVARIO
JUNTO A LA CRUZ de Jesús estaban su
madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.
Jesús, al ver a su madre y junto
a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu
hijo». Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora,
el discípulo la recibió como algo propio».
Guía: Acércate, querido cristiano, ven y ve si puedes
soportar tan triste escena. Esta Madre, tan dulce y amorosa, se encuentra con
su Hijo en medio de quienes lo arrastran a tan cruel muerte. Consideren el
tremendo dolor que sintieron cuando sus ojos se encontraron - el dolor de la
Madre bendita que intentaba dar apoyo a su Hijo. María, yo también quiero acompañar
a Jesús en Su Pasión, ayúdame a reconocerlo en mis hermanos y hermanas que
sufren
Todos: Padrenuestro,
siete Ave Marías, Gloria
5º DOLOR - JESÚS MUERE EN LA
CRUZ
Lector: Del
Evangelio según san Juan Jn 19, 30-35
Los
judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los
cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día grande, pidieron a
Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados,
le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con
él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las
piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y
al punto salió sangre y agua. El que lo vio da testimonio, y su testimonio es
verdadero, y él sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis.
REFLEXIÓN
Guía: Contempla los dos sacrificios en
el Calvario - uno, el cuerpo de Jesús; el otro, el corazón de María. Triste es
el espectáculo de la Madre del Redentor viendo a su querido Hijo cruelmente
clavado en la cruz. Ella permaneció al pie de la cruz y oyó a su Hijo
prometerle el cielo a un ladrón y perdonar a Sus enemigos. Sus últimas palabras
dirigidas a Ella fueron: "Madre, he ahí a tu hijo." Y a nosotros nos
dijo en Juan: "Hijo, he ahí a tu Madre." María, yo te acepto como mi
Madre y quiero recordar siempre que Tú nunca le fallas a tus hijos.
6º DOLOR-MARÍA RECIBE EL CUERPO DE JESÚS AL SER BAJADO D E LA CRUZ
Lector: Del
Evangelio según san Marcos MC 15, 42-47
AL ANOCHECER, como era el día de
la Preparación, víspera del sábado, vino José de Arimatea,
miembro noble del Sanedrín, que también aguardaba el reino de Dios; se presentó
decidido ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato se extrañó de que
hubiera muerto ya; y, llamando al centurión, le preguntó si hacía mucho tiempo
que había muerto. Informado por el centurión, concedió el cadáver a José.
Este compró una sábana y, bajando
a Jesús, lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro, excavado en una
roca, y rodó una piedra a la entrada del sepulcro. María Magdalena y María, la
madre de Joset, observaban dónde lo ponían.
REFLEXIÓN
Guía: Considera el amargo dolor que
sintió el Corazón de María cuando el cuerpo de su querido Jesús fue bajado de
la cruz y colocado en su regazo. Oh, Madre Dolorosa, nuestros corazones se
estremecen al ver tanta aflicción. Haz que permanezcamos fieles a Jesús hasta
el último instante de nuestras vidas.
Todos: Padrenuestro,
siete Ave Marías, Gloria
7º DOLOR - JESÚS ES COLOCADO EN
EL SEPULCRO
Lector: Del Evangelio según san Juan Jn 19, 38-42
DESPUÉS DE ESTO, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque oculto por miedo a
los judíos, pidió a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato
lo autorizó. Él fue entonces y se llevó el cuerpo.Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y trajo unas cien libras de una mixtura de mirra y áloe.
Tomaron el cuerpo de Jesús y lo
envolvieron en los lienzos con los aromas, según se acostumbra a enterrar entre
los judíos. Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto,
un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los
judíos era el día de la Preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí
a Jesús.
REFLEXIÓN
Guía: ¡Oh Madre, tan afligida! Ya que
en la persona del apóstol San Juan nos acogiste como a tus hijos al pie de la
cruz y ello a costa de dolores tan acerbos, intercede por nosotros y alcánzanos
las gracias que te pedimos en esta oración. Alcánzanos, sobre todo, oh Madre
tierna y compasiva, la gracia de vivir y perseverar siempre en el servicio de
tu Hijo amadísimo, a fin de que merezcamos alabarlo eternamente en el cielo.Todos: Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria
ORACIÓN FINAL
Guía: Oh Doloroso e Inmaculado Corazón
de María, morada de pureza y santidad, cubre mi alma con tu protección maternal
a fin de que, siendo siempre fiel a la voz de Jesús, responda a Su amor y
obedezca Su divina voluntad. Quiero, Madre mía, vivir íntimamente unido a tu
Corazón que está totalmente unido al Corazón de tu Divino Hijo. Átame a tu
Corazón y al Corazón de Jesús con tus virtudes y dolores. Protégenos siempre.
Todos: Amén.
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